martes, 23 de junio de 2015

CERRO SARAJA


 

Esta duna de suaves arenas se ha formado en tiempos inmemoriales, por migraciones sistémicas por efecto eólico, tal vez desde la misma aparición de los hombres en esta parte de lo que ahora se conoce como los valles de Ica. Para los antiguos iqueños siempre fue un cerro sagrado, un cerro al que nadie osaría depredar y menos retirar sus arenas o sus huarangos milenarios, como sucede ahora, con osadía e impunidad. La aparición en sus inmediaciones de la Urbanización Santa María y más recientemente de varios Pueblos Jóvenes, hasta las mismas faldas del mismo cerro, han permitido el trazo de pistas y caminos que ahora utilizan estos camiones y volquetes para retirar las grandes cantidades de arena. El Cerro de Saraja tiene especial significación para la memoria colectiva y el imaginario de los iqueños, de allí se sustenta las varias leyendas que narran su origen o describen el misterio de esta inmensa mole de finas partículas de sílice. El Cerro de Saraja mantuvo su encanto hasta inicios del siglo XX pero fue la mano del hombre la que extinguió su laguna que brotaba en su base y también desapareció la fauna silvestre que allí habitaba. Este Cerro histórico fue curado -como tantos otros- por nuestro querido Fray Ramón Rojas e incrustado en su parte cenital una cruz de madera para que protegiera a nuestra ciudad.

La Sirena de Huacachina

               

Cerca de este lugar vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón.
La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella.
La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.

LA HUACACHINA



Existe una leyenda acerca del origen de este oasis, una historia de amor que se remonta a tiempos prehispánicos. Cuentan que una hermosa doncella, proveniente del cercano pueblo de Tacaraca, llega desconsolada a este lugar, donde sólo había unos cuantos guarangos, a llorar la muerte de su amado, un valiente general incaico.

Las lágrimas de esta mujer, de ojos verdes y cabello muy negro, fueron formando poco a poco la laguna. Se dice que en las noches de Luna nueva aún se pueden escuchar sus lamentos, los que confunden a los visitantes desprevenidos.Tambien cuentan que una mujer empezo a correr por que un hombre la perseguia y ella salio de su casa con una toalla un espejo y un peine en ese momento  empezo  a correr asustad y se cayó entonces el espejo se transformo en un lago el peine en las palmeras y la toalla se transformo en toda esa arena del oasis.

LAS 7 CABEZAS DE LA PALMERA






Cuenta la leyenda que la bruja Julia Hernández, predijo que Ica se hundirá cuando crezca la séptima cabeza de la palmera que se encuentra en la laguna seca. En enero de 1998 la profecía se cumplió , el río se desbordó, miles de personas resultaron damnificadas. La gente asegura que ese año no se cortó, ni se quemó la séptima cabeza de la palmera, desde esa fecha no han dejado de hacerlo.Los habitantes de Cachiche siempre cortan la séptima cabeza de la palmera; esto para evitar que Ica se destruya, según cuenta una leyenda local, de no ser así la ciudad de Ica se enfrentaría a un fin inevitable, llena de desastres naturales. Pero no todo son malas profecías, sino que también en Cachiche encontramos a grandes curanderos que mediante su fe pueden sanar todo mal y hasta unir corazones

LA BRUJA DE CACHICHE



Al fallecer la bruja, Don Fernando León de Vivero, mandó a construir un Monumento en honor a la Bruja que le devolvió el habla. Este monumento está compuesto por un buho que significa inteligencia, sabiduría, brujería blanca y una calavera que significa maldad, hechicería, brujería negra, sus brazos están en forma de “V” que significa victoria y veneración.La bruja utilizada un pedazo de huarango que comúnmente se le conoce como el algarrobo o árbol milenario por los muchos años de existencia de dicho árbol el cual le hacía girar en forma de un compás que marcaba una circunferencia y que cuando ésta paraba siempre indicaba a la Bruja de Cachiche.La bruja se llamó Julia Nazaria Hernández Pecho Viuda de Díaz, quien fallece a los 101 años debido a un paro cardiaco.